Descripción del enemigo
Hoja blanca sin ningún tipo de doblez. Al respaldo está completamente en blanco. La única alteración a la integridad del documento es una coloración marrón en los bordes derecho e inferior, que empieza a aparecer también en la punta superior izquierda. Tìtulo: Descripción del enemigo Observaciones al título: Bajo el título, un epígrafe de E. A. Poe tomado de "El demonio de la perversidad": "Y porque nuestra razón nos aparta violentamente del abismo, por eso nos acercamos a él con más ímpetu" Autor: Sin firma Fecha: sin fecha Observaciones a la fecha: Este poema hace parte del poemario Hola, soledad, escrito entre 1985 y 1987. Nº de folios: El poema es de un folio en total pero en el archivo hay cuatro versiones en cuatro folios Largo (cm): 28 Ancho (cm): 21,5 Técnica: Dactilografiado en tinta negra pero en el último folio de las versiones hay una intervención manuscrita con tinta azul. Descripción: El folio uno es una hoja blanca sin ningún tipo de doblez. Al respaldo está completamente en blanco. La única alteración a la integridad del documento es una coloración marrón en los bordes derecho e inferior, que empieza a aparecer también en la punta superior izquierda. El folio dos es una hoja blanca. En la parte superior derecha presenta un doblez hacia adentro, pero el resto de las esquinas está en buen estado. En la punta superior izquierda hay una leve coloración marrón que se difumina luego. Al respaldo no hay nada escrito. A diferencia de la otra copia del mismo poema, la que es la hoja No. 23 en la carpeta "Borradores poesía", este papel es más delgado y traslúcido. El folio tres es una hoja blanca. No presenta dobleces en ninguna esquina. La única alteración a la integridad del documento es una leve decoloración marrón que está en todo el borde izquierdo de la hoja.El folio cuatro es una hoja blanca. Presenta un doblez que va desde la mitad del borde derecho hasta casi la mitad de la parte superior. El borde inferior está desgastado y rasgado en algunas partes a lo ancho de la hoja y tiene una intervenciòn manuscrita en tinta azul. Al respaldo no hay nada escrito.
Folio 1
DESCRIPCIÓN DEL ENEMIGO Y porque nuestra razón nos aparta violen- tamente del abismo, por eso nos acercamos a él con más ímpetu. E.A. Poe (“El demonio de la perversidad”) —I— Es el aire que entra por tu boca el enemigo, el sueño que sueñas sola, las palabras que dices y que no dices, las miradas que salen de tus ojos, tus pensamientos quién sabe en qué, las manos que usas para tocar así sea con la sabiduría del deseo, los pies que te conducen sin rumbo hacia el desastre, son el enemigo en vela, el insomne impávido que te aborda por todos los poros y como un tumulto de hormigas rojas te inunda con la sangre de tus venas y te deja, ya para nada, seguir la vida. —II— O lo mismo: colocarte de estatua en un parque para que escriban vulgaridades en tu piel oscura o pasen de largo, ponerte al filo del abismo por si acaso, soñar con el desastre más cercano y empujar el sueño a la vigilia, buscar la trampa para caer en ella hasta perder la luz y el corazón, construirte con primor por la mañana y naufragar por la tarde en la taza de té, colocarte ante el espejo para mirar tu obra y seguir la vida, ya para nada.
Folio 2
DESCRIPCIÓN DEL ENEMIGO Y porque nuestra razón nos aparta violen- tamente del abismo, por eso1 nos acercamos a él con más ímpetu. E.A. Poe (“El demonio de la perversidad”) —I— Es el aire que entra por tu boca el enemigo, el sueño que sueñas sola, las palabras que dices y que no dices, las miradas que salen de tus ojos, tus pensamientos quién sabe en qué, las manos que usas para tocar así sea con la sabiduría del deseo, los pies que te conducen sin rumbo hacia el desastre, son el enemigo en vela, el insomne impávido que te aborda por todos los poros y como un tumulto de hormigas rojas te inunda con la sangre de tus venas y te deja, ya para nada, seguir la vida. —II— O lo mismo: colocarte de estatua en un parque para que escriban vulgaridades en tu piel oscura o pasen de largo, ponerte al filo del abismo por si acaso, soñar con el desastre más cercano y empujar el sueño a la vigilia, buscar la trampa para caer en ella hasta perder la luz y el corazón, construirte con primor por la mañana y naufragar por la tarde en la taza de té, colocarte ante el espejo para mirar tu obra y seguir la vida, ya para nada. ___________________________ En esta versión, las palabras “por eso” no están en cursiva.
Folio 3
DESCRIPCIÓN DEL ENEMIGO Y porque nuestra razón nos aparta violen- tamente del abismo, por eso2 nos acercamos a él con más ímpetu. E.A. Poe (“El demonio de la perversidad”) —I— Es el aire que entra por tu boca el enemigo, el sueño que sueñas sola, las palabras que dices y que no dices, las miradas que salen de tus ojos, tus pensamientos quién sabe en qué, las manos que usas para tocar así sea con la sabiduría del deseo, los pies que te conducen sin rumbo hacia el desastre, son el enemigo en vela, el insomne impávido que te aborda por todos los poros y como un tumulto de hormigas rojas te inunda con la sangre de tus venas y te deja, ya para nada, seguir la vida. —II— O lo mismo: colocarte de estatua en un parque para que escriban vulgaridades en tu piel oscura o pasen de largo, ponerte al filo del abismo por si acaso, soñar con el desastre más cercano y empujar el sueño a la vigilia, buscar la trampa para caer en ella hasta perder la luz y el corazón, construirte con primor por la mañana y naufragar por la tarde en la taza de té, colocarte ante el espejo para mirar tu obra y seguir la vida, ya para nada. _______________________________ En esta versión, las palabras “por eso” no están en cursiva.
Folio 4
DESCRIPCIÓN DEL ENEMIGO Y porque nuestra razón nos aparta violen- tamente del abismo, por eso1 nos acercamos a él con más ímpetu. E.A. Poe (“El demonio de la perversidad”) —I— Es el aire que entra por tu boca el enemigo, el sueño que sueñas sola, las palabras que dices y que no dices, las miradas que salen de tus ojos, tus pensamientos quién sabe en qué, las manos que usas para tocar así sea con la sabiduría del deseo, los pies que te conducen sin rumbo hacia el desastre, son el enemigo en vela, el insomne impávido que te aborda por todos los poros y como un tumulto de hormigas rojas te inunda con la sangre de tus venas y te deja, ya para nada, seguir la vida. —II— O lo mismo: colocarte de estatua en un parque para que escriban vulgaridades en tu piel oscura o pasen de largo, ponerte al filo del abismo por si acaso, soñar con el desastre más cercano y empujar el sueño a la vigilia, buscar la trampa para caer en ella hasta perder la luz y el corazón, construirte con primor por la mañana y naufragar por la tarde en la taza de té, colocarte ante el espejo para mirar tu obra y seguir la vida, ya para nada. _______________________________ En esta versión, las palabras “por eso” no están en cursiva.