Las hojas están unidas por una grapa oxidada y, a partir de la segunda hoja, están numeradas en la parte superior derecha. Hay intervenciones y correcciones en lapicero de tinta negra y en lapicero de tinta azul. El texto tiene múltiples tachones. Tienen el timbre de la Casa de Poesía Silva.
Título: Carta abierta a quien quiera leerla
Observaciones al título: --
Autor: Firmado por «María Mercedes Carranza» en la primera y la última hoja
Fecha: Sin fecha
Observaciones a la fecha: --
No. de folios: 4
Largo (cm): 28
Ancho (cm): 21.6
Técnica: Mecanografiado en tinta negra en una sola cara
1
CARTA ABIERTA A2 QUIEN QUIERA LEERLA
De María Mercedes Carranza3
“Nuestra imaginación política, moral,
económica, tiene que estar a la altura
de nuestra imaginación verbal.”
Carlos Fuentes
(Discurso del “Premio Cervantes”).
Nos ha correspondido vivir aquí4 y ahora la época quizás más
dramática de la historia contemporánea de nuestro país. No digo la más
violenta, porque todos sabemos que la violencia es y ha sido en Colombia
la regla y no la excepción en los procesos políticos y en el enfrenta—
miento de las fuerzas sociales. Pero nunca,5 hasta estos años, esa violencia
había sido provocada y auspiciada a su raíz por poderosísimos focos de
poder corrompidos y corruptores, vinculados directamente con el hampa
y la delincuencia, como ocurre hoy.
Esos focos han distorsionado y envilecidos los naturales procesos sociales
y políticos que se producen, por lo general en forma dolorosa, en países
como Colombia, donde prevalece la injusticia y las desigualdades aberran—
tes. Y cada día se agudizan más las contradicciones sociales. La ausencia
de un propósito político con posibilidades reales de emprender las
reformas necesarias, ha llevado al enfrentamiento inevitable entre quienes
defienden las estructuras sociales, políticas y económicas vigentes y
quienes reclaman unos derechos que son elementales. Al lado de cada uno
____________________
1 < De la editora > Tachado a mano en tinta azul
2 <PARA>[↑a] Tachado y añadido a mano en tinta azul
3[↓ De María Mercedes Carranza] Añadido a mano en tinta azul
4 <†>
5 Coma añadida a mano por la autor
< De la editora >1
CARTA ABIERTA <PARA>[↑a] QUIEN QUIERA LEERLA
[↓ De María Mercedes Carranza]2“Nuestra imaginación política, moral,
económica, tiene que estar a la altura
de nuestra imaginación verbal.”
Carlos Fuentes
(Discurso del “Premio Cervantes”).
Nos ha correspondido vivir aquí <†>3 y ahora la época quizás más
dramática de la historia contemporánea de nuestro país. No digo la más
violenta, porque todos sabemos que la violencia es y ha sido en Colombia
la regla y no la excepción en los procesos políticos y en el enfrenta-
miento de las fuerzas sociales. Pero nunca,4 hasta estos años, esa violencia
había sido provocada y auspiciada en su raíz por poderosísimos focos de
poder corrompidos y corruptores, vinculados directamente con el hampa
y la delincuencia, como ocurre hoy.Esos focos han distorsionado y envilecidos los naturales procesos socialesy políticos que se producen, por lo general en forma dolorosa,5 en países
como Colombia, donde prevalece la injusticia y las desigualdades aberran-
tes. Y cada día se agudizan más las contradicciones sociales. La ausencia
de un propósito político con posibilidades reales de emprender las
reformas necesarias, ha llevado al enfrentamiento inevitable entre quienes
defienden las estructuras sociales, políticas y económicas vigentes y
quienes reclaman unos derechos que son elementales. Al lado de cada uno
_______________________1 Enmienda manuscrita en tinta azul.
2 Añadido a mano en tinta azul
3 Enmienda manuscrita realizada en una versión anterior; en la versión aquí presentada, la intervención a mano aparece com la marca de una fotocopia.
4 Coma añadida a mano
5 Coma añadida a mano
1
que hoy más que nunca nuestra organización social reclama que cada colom-
biano tenga, ante lo que ocurre en el país, los ojos muy abiertas. Todosde ellos se han apertrechado los dos extremos, siniestros y asesinos: la
extrema derecha y la extrema izquierda. La una busca mantener a sangre y
fuego una organización social injusta y retardataria: la otra ha perdido
toda autoridad moral e ideológica a fuerza de equivocarse tanto, para
derivar en actividades propias del hampa maquillándolas de lucha revolu-
cionaria.
Tal panorama, tan esquemáticamente delineado, se enturbia aún más con la
presencia y la acción, ya mencionada atrás, de la mafia del narcotráfico
que no ha permanecido indiferente en este enfrentamiento. En un comienzo
se alió con la extrema izquierda para obtener seguridad y protección
en sus operaciones delictivas, ahora protege y financia a la extrema dere-
cha, cuyos intereses en términos generales comparte. Ambos extremos tienen
dinero en abundancia, el uno gracias a la comisión de delitos comunes
como el chantaje y el secuestro, el otro gracias a su alianza con la
mafia y con sectores decididos a invertir en su seguridad y en la de sus
intereses; y ese dinero lo utilizan para incendiar el país y mancharlo de
sangre.
Sinembargo, quienes lo están haciendo configuran solo una ínfima minoría
dentro de la población total: en el medio estamos el resto de los colom-
bianos que somos la gran mayoría, mal dirigidos por una clase política
que carece de un proyecto nacional para proponernos, desorientada,2
y por una élite económica “que sólo ve por un ojo y ese ojo lo tiene en el
estómago.3
Esos extremos buscan involucrar a todos los colombianos en su sórdido
enfrentamiento, tratando de polarizarnos hacia un lado u otro. Es por éso
_____________________
1 < De la editora >
2 <ciega, sorda y muda,> Segmento encerrado dentro de un óvalo hecho a mano que en la presente versión aparece como la marca de una fotocopia. El segmento también está tachado a mano en tinta azul, y la palabra añadida también escrita a mano en tinta azul.
3 Comillas de cierre añadidas a mano en una versión anterior.
< De la editora >1
de ellos se han apertrechado los dos extremos, siniestros y asesinos: la
extrema derecha y la extrema izquierda. La una busca mantener a sangre y
fuego una organización social injusta y retardataria; la otra ha perdido
toda autoridad moral e ideológica a fuerza de equivocarse tanto, para
derivar en actividades propias del hampa maquillándolas de lucha revolu-
cionaria.
Tal panorama, tan esquemáticamente delineado, se enturbia aún más con la
presencia y la acción, ya mencionada atrás, de la mafia del narcotráfico
que no ha permanecido indiferente en este enfrentamiento. En un comienzo
se alió con la extrema izquierda para obtener seguridad y protección
en sus operaciones delictivas, ahora protege y financia a la extrema dere-
cha, cuyos intereses en términos generales comparte. Ambos extremos tienen
dinero en abundancia, el uno gracias a la comisión de delitos comunes
como el chantaje y el secuestro, el otro gracias a su alianza con la
mafia y con sectores decididos a invertir en su seguridad y en la de sus
intereses;2 y ese dinero lo utilizan para incendiar el país y mancharlo de
sangre.
Sinembargo, quienes lo están haciendo configuran solo una ínfima minoría
dentro de la población total: en el medio estamos el resto de los colom—
bianos que somos la gran mayoría, mal dirigidos por una clase política
que carece de un proyecto nacional para proponernos, <ciega, sorda y muda,> [↑ desorientada,]3
y por una élite económica “que sólo ve por un ojo y ese ojo lo tiene en el
estómago.”4
Esos extremos buscan involucrar a todos los colombianos en su sórdido
enfrentamiento, tratando de polarizarnos hacia un lado u otro. Es por
éso
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1 Intervención manuscrita realizada en una versión anterior; en la versión aquí presentada, la intervención a mano aparece como la marca de una fotocopia.
2 Punto y coma añadido a mano en una versión anterior.
3 Segmento encerrado dentro de un óvalo hecho a mano que en la presente versión aparece como la marca de una fotocopia. El segmento también está tachado a mano en tinta azul, y la palabra añadida también escrita a mano en tinta azul.
4 Comillas de cierre añadidas a mano en una versión anterior.
De la editora
los colombianos, pero en especial aquellos que por razón de su trabajo
deben cultivar y tener muy afinado el don de la lucidez. Me refiero a
quienes tienen el oficio de pensar y de interpretar nuestra realidad: los
escritores, los artistas, los teatreros, los cineastas, los músicos, los
filósofos, los creadores en general. Lucidez para no caer en las trampas
del dogmatismos venga1 de donde viniere2, para no caer en la complacencia
moral y para no perder el sentido de orientación sobre lo que es esencial
en nuestra sociedad para avanzar, respetando los derechos de todos y de
cada uno de los colombianos.
Porque nosotros, la gran mayoría, debemos también tomar partido. Y creo
que no tenemos sino una sola alternativa y es la de tener el partido de la
defensa del derecho a la vida y a la justicia. Debemos rechazar de plano
todo procedimiento e ideología que conduzca a la muerte violenta e injusta
de cualquiera de nuestros compatriotas, sea de derecha, de izquierda o de
centro, sea delincuente o pertenezca a grupos armados legales o ilegales.
Debemos rechazar también cualquier procedimiento o ideología que tienda
a prolongar la actual situación política y social del país. Pero no debemos
apoyar a quienes manifiestan ese rechazo por medio de violencia y de la
muerte.
Porque si defendemos los derechos humanos es porque respetamos al hombre
y exigimos que se respeten los derechos de todos los hombres, mujeres y
niños que diariamente mueren por la violencia social y la violencia política.
Negarse a la polarización no quiere decir mantenerse al margen, sino no
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1 <n> tachada a mano en una versión anterior; en la presente versión aparece como la marca de una fotocopia.
2 <n> tachada a mano en una versión anterior; en la presente versión aparece como la marca de una fotocopia.
De la editora
que hoy más que nunca nuestra organización social reclama que cada colom-
biano tenga, ante lo que ocurre en el país, los ojos muy abiertas. Todos
los colombianos, pero en especial aquellos que por razón de su trabajo
deben cultivar y tener muy afinado el don de la lucidez. Me refiero a
quienes tienen el oficio de pensar y de interpretar nuestra realidad: los
escritores, los artistas, los teatreros, los cineastas, los músicos, los
filósofos, los creadores en general. Lucidez para no caer en las trampas
del dogmatismos venga<n> de donde viniere<n>1, para no caer en la complacencia
moral y para no perder el sentido de orientación sobre lo que es esencial
en nuestra sociedad para avanzar, respetando los derechos de todos y de
cada uno de los colombianos.
Porque nosotros, la gran mayoría, debemos también tomar partido. Y creo
que no tenemos sino una sola alternativa y es la de tener el partido de la
defensa del derecho a la vida y a la justicia. Debemos rechazar de plano
todo procedimiento e ideología que conduzca a la muerte violenta e injusta
de cualquiera de nuestros compatriotas, sea de derecha, de izquierda o de
centro, sea delincuente o pertenezca a grupos armados legales o ilegales.
Debemos rechazar también cualquier procedimiento o ideología que tienda
a prolongar la actual situación política y social del país. Pero no debemos
apoyar a quienes manifiestan ese rechazo por medio de violencia y de la
muerte.
Porque si defendemos los derechos humanos es porque respetamos al hombre
y exigimos que se respeten los derechos de todos los hombres, mujeres y
niños que diariamente mueren por la violencia social y la violencia política.
Negarse a la polarización no quiere decir mantenerse al margen, sino no
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1 Las letras “n” tachadas a mano en una versión anterior; en la presente versión aparece como la marca de una fotocopia.
1
caer en el chantaje del compromiso. Debemos actuar, pero debemos también
reservarnos el derecho a refleccionar antes de hacerlos, y con ellos incitar
al debate y al ejercicio de la crítica acerca de lo que ocurre en el país.
Y sobre todo no debemos caer en el pesimismo de que lo que hacemos cada
uno de nosotros – escribiendo un verso o un artículo de periódico, montando
una obra de teatro o pintando un cuadro – no sirve para que se imponga la
justicia social que todos deseamos. Porque se sabe que un buen verso, un
cuadro hermoso, una película bien hecha, mejoran la calidad de la vida y
del alma de quienes los gozan y ese solo hecho contribuye a que todos
seamos mejores en el momento de actuar dentro de nuestra sociedad. Esa es
la razón de ser de nuestro oficio, la que además justifica que intentemos
por encima de todo ver claro y transmitir con nuestro trabajo esa visión
lúcida y siempre creativa de la realidad que vivimos a quienes quieran
y puedan oirnos.
María Mercedes Carranza
< De la editora >1
caer en el chantaje del compromiso. Debemos actuar, pero debemos también
reservarnos el derecho a refleccionar antes de hacerlos, y con ellos incitar
al debate y al ejercicio de la crítica acerca de lo que ocurre en el país.
Y sobre todo no debemos caer en el pesimismo de que lo que hacemos cada
uno de nosotros – escribiendo un verso o un artículo de periódico, montando
una obra de teatro o pintando un cuadro – no sirve para que se imponga la
justicia social que todos deseamos. Porque se sabe que un buen verso, un
cuadro hermoso, una película bien hecha, mejoran la calidad de la vida y
del alma de quienes los gozan y ese solo hecho contribuye a que todos
seamos mejores en el momento de actuar dentro de nuestra sociedad. Esa es
la razón de ser de nuestro oficio, la que además justifica que intentemos
por encima de todo ver claro y transmitir con nuestro trabajo esa visión
lúcida y siempre creativa de la realidad que vivimos a quienes quieran
y puedan oirnos.
María Mercedes Carranza
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1 Intervención manuscrita realizada en una versión anterior; en la versión aquí presentada, la intervención a mano aparece como la marca de una fotocopia.